Un par de desarrolladores de Harmonix se rebelaron contra los juegos de ritmo convencionales y dieron con una fórmula que llaman “rhythm violence” o violencia ritmo. Si tienes dos pies izquierdos y te gusta el terror, este juego te podría interesar. Disponible desde el 10 de octubre para PlayStation, PlayStationVR y Steam, Thumper te transportará a un mundo de acción con elementos de juegos de carreras y de horror, donde la música no es lo primordial y sin embargo es lo único que puede salvarte: bienvenida sea la angustia.
Estarás al mando de un escarabajo espacial que se desliza como bala por un circuito como de montaña rusa suspendido en un espacio sin horizonte más colorido que una camiseta hippie y a la vez lleno de oscuridad (?).
Básicamente usarás los botones de izquierda y derecha y un botón de acción para golpear unas placas luminosas sobre el camino. En vez de la fuerza G, sentirás ansiedad porque hay que girar en cada esquina para no estrellarse a 1.000 km/h contra los bordes del riel. Tendrás que afinar tu capacidad de respuesta a medida que las curvas se van haciendo más pronunciadas y más frecuentes, pero si lo haces bien, tu escarabajo recibirá una armadura de acero que absorberá todo el impacto de tu próximo choque, dándote una segunda oportunidad.
Al final de cada nivel: una entidad siniestra por liquidar. Tu arma: la capacidad de golpear a tiempo las placas para disparar ondas de energía contra el enemigo.
Thumper es impresionante por sus visuales psicodélicas y sobre todo por un cierto lenguaje musical. El juego te da señas rítmicas de las curvas y los obstáculos que te esperan.
Pero el proyecto de Brian Gibson y Marc Flury nunca giró entorno a la música.
El duo indie compartía la idea de hacer un juego con plena libertad artística, fuera de cualquier ambiente corporativo (no solo el de Harmonix). Querían ser “más como una banda que como una compañía”. Y con esa filosofía formaron Drool. No es casualidad que antes de publicar Thumper, Brian fuese conocido como el bajista de su otro duo, Lightning Bolt, un grupo de noise rock bastante experimental, y eso, ruidoso.
El concepto de Gibson era desde el principio crear una experiencia “oscura y abrumadora”.
La música no sería el punto de partida. Las convenciones de los juegos de ritmo mucho menos. Se inspiraron en juegos de carreras y de acción como Mario Kart, Sinistar, MGS: Rising y otros. Y aún así el soundtrack del juego se vende hasta en vinilo.
“La prioridad nunca fue que la gente sintiera el groove, que rockeara o que se fusionase con la música. La prioridad siempre fue hacer un juego divertido y desafiante que exigiera un nivel de concentración total por parte del jugador. La musicalidad alienígena emerge del gameplay y transporta al jugador a un lugar desconcertante, que para nadie es familiar. Creo que este enfoque no es típico del género.”
En cuanto al diseño, Marc Flury dice que se inspiraron en la vibra de “horror cósmico” de 2001: una odisea del espacio. Brian afirmó haber probado algunos temas más joviales pero dice que la oscuridad terminó siendo más incitante. Ambos desarrolladores prefieren los juegos que reproducen un solo ambiente emocional.
En su página web, Drool anuncia una actualización llamada Play + que activará un modo de juego en el que conduces un escarabajo dorado y con chocarlo una sola vez: game over. Para los afortunados que ya lo estén jugando en PS4 Pro, los desarrolladores además invitaron a recorrer los paisajes infernales de Thumper en 4K, a 60 cuadros por segundo. Se dice que es aterrador.
¿Has tenido la oportunidad de jugar algún título de horror en PlayStation VR?