Controlar un X-wing con un mando Dual-Shock de PlayStation no está mal: con el joystick izquierdo desacelerar; con el derecho dar un giro en seco y volver a la batalla. Luego, a toda máquina y esquivando el ataque de los TIE fighters, volar sobre el Star Destroyer y acabar con sus tanques para proteger una nave diplomática que depende de ti. En principio suena fenomenal, pero algo no cuadra.
Estaba flanqueando al Star Destroyer y girando la cabeza hacia él para calcular la distancia antes de atacar. Dar con el ángulo de vuelo no se sentía natural. Moverse en el plano horizontal y vertical a la vez con un solo joystick, tan liviano además, me dejó deseando poder usar un volante. Después de todo, se trata de un verdadero simulador de vuelo. ¿Qué tal si sacaran Star Wars Battlefront X-Wing VR Mission para arcade?
El potencial del juego es infinito. Ves a través del casco de un recluta rebelde, dentro del cockpit de un X-wing; por teleconferencia te orienta la flota de la resistencia; te volteas hacia atrás… un droide monitorea el estado de la nave; miras al frente de nuevo, estás uniformado, con las botas en los pedales y los guantes sobre el volante virtual. La vista es casi panorámica (110º) y no puedes sino desear que la fuerza G (y la otra fuerza también) impacte mientras vuelas, y así el cuerpo también se enganche. Tal vez eso reduzca las náuseas.
Lo que hace falta para vivir la experiencia al máximo es volver al entretenimiento fuera de casa y para 2017 se dice que se multiplicarán los arcades de realidad virtual en Asia y en países como en Estados Unidos.
La idea es combinar el visor con distintos tipos de hardware de realidad virtual, como simuladores, caminadoras omnidireccionales, guantes especiales y hasta arenas de combate diseñadas para ofrecer la realidad virtual de cuerpo entero (Full-body virtual reality).
Además el arcade VR salvaría a la industria de sus propios defectos.
Según explica Kevin Williams en Polygon.com, la pionera HTC Vive ha lanzado un software llamado Viveport que sirve de plataforma de negocio entre la compañía, los dueños de arcades y los desarrolladores de juegos, ofreciendo una solución para una tecnología que pide mucha más máquina de la que puede comprar un gamer de sofá.
Con Viveport los usuarios disponen del mejor hardware del mercado y utilizan un software “curado y frecuentemente actualizado”. Los operadores de arcade pagan por tiempo de juego y luego lo alquilan a los usuarios. Finalmente, los desarrolladores obtienen ingresos continuos en función del tiempo de juego vendido, en lugar de limitarse a un solo pago por la compra del título.
El altísimo costo en equipos se despeja de la ecuación. Solo falta el apoyo del público a nivel mundial y entonces el desarrollo de juegos de realidad virtual por fin podría alcanzar la calidad de los juegos AAA convencionales.
Una empresa llamada VR Junkies ha abierto arcades en varias ciudades de los Estados Unidos con la misión de “mostrarle al mundo lo que es la realidad virtual… incorporando las últimas tecnologías”. Aunque no parecen estar equipados con gran variedad de hardware, ofrecen precios relativamente interesantes en su página que van desde 5$ por 5 min hasta 25$ por 30 min, y proponen rebajas por cosas como usar una camiseta de VR (10% menos), comprar una tarjeta del arcade, liderar los marcadores (10-20%), hacer una visita en grupo o comprar cupones en eventos.
Deben de estar bien conscientes de que la gente prefiere gozar de horas de juego en casa por el mismo precio en lugar de 30 minutos de realidad virtual de punta. Además, los arcades dejaron de atraer masas hace más de 20 años.
En China es más probable que el mercado adopte el concepto, según dice Williams. Como ya los teatros 4D son negocio y la mayoría de los gamers ya están acostumbrados a jugar en salas de juego LAN, la industria del entretenimiento fuera de casa solo tendría que incorporar equipos de realidad virtual para verle el queso a la tostada.
«Si lo construyes, él vendrá». ¿Se puede decir eso del público occidental?
Los operadores de arcades de realidad virtual se están encargando de colocar pantallas para que haya espectadores mientras un usuario se apropia del juego. Y es que el interés podría dispararse gracias a algún juego en especial: ¿Si vieras una batalla de Star Wars por la vitrina de un arcade, no pensarías en probarlo 15 minutos?