Hace 1 mes decidí aventurarme luego de numerosas recomendaciones en el nuevo universo creado por Blizzard, un mundo de armas sónicas, personajes carismáticos y un troll volador que pondrá tu paciencia a prueba; entra al mundo de Overwatch.
Para aquellos que hayan estado viviendo bajo una roca o simplemente hayan estado muy ocupados este año saturado de buenas propuestas, les dejo esta pequeña intro.
Overwatch es un FPS/MOBA (juego de disparos en primera persona / Arena de combate multijugador online) muy al estilo de Team-Fortress en el que cada personaje cuenta con un diseño completamente distinto para llevar a cabo su rol en la batalla. Como en todo juego del género MOBA, asumirás el rol de Ataque, Defensa, Tanque o Healer con un roster de 23 personajes (y se esperan más) para cumplir el objetivo de cada partida.
A veces asumirás el rol de ataque, buscando controlar un punto del mapa, para luego escoltar una carga hasta la meta. En otros casos protegerás dichos puntos y carga para que el enemigo no pueda llegar a la meta a tiempo. Sino lucharás contra el otro equipo para controlar el punto de encuentro por un tiempo determinado. En la última actualización se han agregado nuevos modos de juego de los cuales hablaremos en otro momento.
Las partidas por lo general son de 6v6, y desde mis primeros encuentros me di cuenta que la coordinación del equipo es un factor vital a la hora de ganar, o sea que también lo es la comunicación con tus compañeros durante la partida. Mi experiencia hasta ahora ha sido genial. En general la comunidad es bastante cooperativa, lo que ha sido de gran ayuda a la hora de adentrarme en el juego.
Los gráficos y detalles de los escenarios están geniales, pero donde creo que Blizzard dió en el clavo es en el diseño de sus personajes y el balance que hay entre ellos.
Mis primeras partidas fueron con el personaje que más me llamó la atención, Lúcio, un brasilero con rastas y patines en línea, que apoya al equipo con 2 tipos de música, una para curar a todos los aliados que estén a cierto rango de distancia y otra para acelerar al equipo. Cuenta con un arma sónica de daño moderado con la que puedes bombear a tus enemigos por un precipicio o simplemente alejarlos de ti. Esta arma de ataque/defensa junto con una movilidad excepcional que te hace realmente difícil de golpear, hizo que mi incursión en el juego fuese muy amena y nada frustrante, por lo que le recomendaría a Lúcio a los inexpertos, mientras se habitúan al juego. Una vez domines a este personaje, serás un apoyo clave para el equipo.
Luego decidí probar al vikingo sueco odiado por muchos y amado por otros, Torbjörn, que cuenta con unas torretas que bien puestas serán la pesadilla de tus oponentes y mal puestas harán que tu equipo te odie. Después de curtirme un poco en el manejo de esta bestia de la ingenieria, lo escogí como mi jugador principal por los 3 roles que puede desempeñar. Además de sus torres, de las que puedes crear 1 a la vez para defender objetivos y flanquear, puedes crear armadura constantemente para tu equipo. Si dominas su ataque secundario, verás que es fulminante contra Genji, Mercy, Tracer e incluso tanques como Reinhardt o Winston. Lo recomiendo para aquellos que tengan la paciencia para aprender a manejarlo y la sangre fría para aguantar si la cagas.
Ahora, si quieres ser tajante, tener heal propio y liderar la avanzada de tu equipo, Soldier 76 es una buena elección, es un personaje ideal para aprender y se adapta a casi todos los equipo. Cuenta con una metralleta y un lanzagranadas que usado sabiamente puede acabar con varios enemigos con salud baja, y combinado con una rafaga de metralla resulta super útil contra Bastión o las torretas de Torbjörn.
La verdad estoy adicto a este juego, y aparte de un par de problemas puntuales con los servidores en medio del juego competitivo (-.-), no tengo ninguna queja actualmente. Ahora mismo está en descuento en Blizzard Store y normalmente está a precio reducido en G2A, así que si eres fan de los FPS o MOBA, no dejes de probar esta joya de Blizzard.